Más que un techo: el papel de las familias anfitrionas en tu estancia de estudios fuera de casa

Familia anfitriona

¿Qué hace que estudiar un año escolar de secundaria en el extranjero sea una experiencia 100 % positiva? Está el país y el programa que elijas, está el centro escolar… Y está la familia anfitriona, desde luego; un factor decisivo, estaremos de acuerdo, para que la vivencia vaya mucho más allá de aprender inglés y sea de verdad enriquecedora y memorable.

Cuando estás lejos de casa, el lugar donde duermes, cenas, charlas, pasas las tardea o celebras tu cumpleaños cobra un valor enorme. Además, las host families no solo te abren la puerta de su hogar (que no es poco); también son una puerta a otra cultura, con su idioma, costumbres y manera de entender la vida.

Por lo tanto, cuando la elección de familia está bien hecha, se convierte en un auténtico motor de aprendizaje y diversión en la estancia de estudios, cuando no en el pilar central de la misma. La conexión personal que se establece con el estudiante internacional es lo que transforma un año académico en el extranjero en una experiencia personal de alto impacto.

¿Qué es una familia anfitriona en un programa de estudios en el extranjero?

En plan definición, una familia anfitriona (o host family, como se las suele conocer en inglés) es una familia local que recibe en su casa a un estudiante internacional durante el tiempo que dure su estancia académica. Puede ser por unos meses o por un año completo, según el programa, y dan tanto alojamiento como, en la gran mayoría de los casos, manutención.

Pero estas familias ofrecen al estudiante mucho más que el simple alojamiento y las comidas, como es de esperar. Se convierten en su entorno inmediato, sus “padres sustitutos” y la primera red de apoyo en un país desconocido. La relación es intensa y el vínculo que se crea es muy especial y, en muchos casos, dura toda la vida.

Por lo general, son familias voluntarias en la que hay al menos uno o dos jóvenes de la misma edad del estudiante internacional que van a recibir. Y siempre tienen un fuerte interés y compromiso con en el intercambio cultural. Acoger a un estudiante no es un simple trámite, sino una importante responsabilidad que supone un esfuerzo en términos económicos y logísticos, pero sobre todo emocionales y humanos.

¿Cómo se eligen las familias anfitrionas de un programa académico abroad?

En iEduex sabemos bien hasta qué punto es importante el papel de la familia anfitriona en la experiencia global de nuestros estudiantes (y en la tranquilidad de sus familias “de verdad”). Tanto para nosotros como para las agencias intermediarias y los centros educativos con los que trabajamos, la selección de las host families es un elemento clave en cualquier programa de intercambio.

Cada programa tiene sus propios protocolos de selección (aquí, el famoso J1 de Estados Unidos), pero lo primero que se tiene en cuenta son las “condiciones de vida” que la familia puede ofrecer al estudiante. Es decir, que la verificación de antecedentes, un nivel socioeconómico decente y la presencia de hijos en la familia son los criterios básicos.

En todo caso, el estándar siempre es alto. Las agencias intermediarias (las host family placement organizations) se cuidan muy mucho de hacer un trabajo exhaustivo de selección. Este trabajo incluye entrevistas, visitas a los hogares y un seguimiento constante. El objetivo: garantizar que el entorno sea seguro, estable y enriquecedor para el estudiante.

Por otra parte, hablamos de familias voluntarias que deciden abrir sus puertas a estudiantes internacionales nada porque creen en el valor del intercambio cultural. Eso ayuda a entender que, en la mayoría de los casos, las familias no sean remuneradas de ninguna manera: “cobran” en aprendizaje cultural y con la forja de vínculos de amistad con sus hijos.

Por el lado del estudiante, muy raramente se puede elegir familia anfitriona. Esto se debe a distintas razones, desde facilitar los detalles de organización (sería imposible atender las preferencias de cientos de estudiantes y familias) hasta fomentar intercambios más equitativos y basados en el azar. No obstante, en muchos casos las familias sí pueden elegir a sus estudiantes.

Familias anfitrionas

Cortesía: JoshBerglund19 en flickr]]

¿Qué aporta una familia anfitriona a una experiencia de estudios en el extranjero?

En iEduex colaboramos con partners de confianza que comparten nuestra misma filosofía de seguridad crítica, calidad de vida y estímulo cultural y emocional. Las familias anfitrionas que forman parte de nuestros programas tienen una fuerte vocación por acoger. Les mueve la ilusión de compartir su día a día y de ofrecer al estudiante internacional un verdadero hogar lejos de casa. Si te lo montas un poco bien, tienen mucho que ofrecerte…

Seguridad y confianza
La familia anfitriona es el primer círculo de protección para el estudiante. Se encargan de que tenga un espacio acogedor para alojarse en un entorno seguro, pero también (muy importante) de plantear normas claras y una rutina que le ayude a adaptarse.

De hecho, los “padres anfitriones” actúan como tutores, atentos a lo puramente físico pero también a lo académico, lo personal y lo emocional. Esta atención a la estabilidad es clave para que el estudiante se sienta acompañado, incluso estando a miles de kilómetros de casa.

Inmersión cultural
Nada ayuda a aprender un idioma y una cultura más rápido que vivir como un local. Compartir el día a día con una host family significa, sí o sí, practicar el idioma de manera natural, en la mesa, en el coche o en la tele del salón.

Además ayuda a entender las costumbres, tradiciones y valores del país desde dentro, no desde la perspectiva de un turista. Es la integración real que convierte un curso académico en una auténtica lección de vida.

Diversión y relaciones sociales
La experiencia con una familia anfitriona también está llena de momentos divertidos. En casi todos los casos se realizan excursiones, celebraciones o simplemente pasar la tarde con los hijos de la familia que incluyen al “visitante” y crean recuerdos inolvidables.

Además, se amplía el círculo social del estudiante en el destino (algo muy saludable desde una perspectiva psicosocial): encuentran nuevos amigos del vecindario, participan en actividades deportivas, culturales o de ocio… En definitiva, encuentran de forma muy espontánea oportunidades para disfrutar de la etapa más enriquecedora de su vida.

Tu segunda familia en el extranjero

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