Qué ver en la Columbia Británica en tu curso académico en Canadá
Si hay en el mundo civilizado un lugar que pueda considerarse la última frontera, esa es la Columbia Británica; aquí todos somos, en mayor o menos medida, exploradores y colonos. Si eliges esta región para pasar un curso académico en Canadá, te garantizamos que no te vas a aburrir.
En efecto, un año académico en British Columbia (que es como se llama en inglés esta provincia canadiense) es la excusa perfecta para adentrarse en escenarios naturales indiscutiblemente espectaculares, visitar parajes remotos de verdad y practicar un montón de actividades de exterior. ¿Ya sabes qué vas a ver cuándo vengas?
Brevísima introducción
BC (una abreviatura con la que tendrás que familiarizarte) ocupa la costa occidental canadiense: el verdadero lejano oeste, donde los tramperos y buscadores de oro eran el pan nuestro de cada día hasta bien entrado el siglo XX, y las conexiones con el resto del país dependían de un par de líneas de ferrocarril.
En el último siglo la provincia ha conocido un enorme desarrollo económico, siendo una de las partes del país (y del mundo) con mejor calidad de vida. Y con mucho margen de crecimiento: sus cinco millones de habitantes disponen de un territorio del tamaño de España… ¡multiplicado por dos! Imagínate.
Hoy, además de acoger ciudades de gran talla como Vancouver, British Columbia es famosa por su riqueza forestal, mineral y energética, su patrimonio natural y por acoger un buen puñado de los más prestigiosos colegios internacionales de Canadá; nosotros trabajamos con una treintena de ellos…
Vancouver, la gran ciudad
Dinámica, saludable, multicultural, Vancouver es la mayor ciudad britanocolombiana (aunque no la capital, que es Victoria); ronda el millón de habitantes, más del doble si contamos toda la conurbación. Es un sitio genial para recorrer en un fin de semana o hacer alguna que otra escapadita si te pilla cerca durante tu curso académico en Canadá.
A lo mejor ya has oído hablar de sus estupendas playas (como Kitsilano), su increíble arquitectura contemporánea (como Lions Gate Bridge) o sus ajetreadas zonas comerciales (como Granville), pero hay mucho más que descubrir: divertidas esculturas urbanas, exóticos mercados hindúes, puentes colgantes entre árboles, relojes de vapor… Buen trasporte y nada agobiante, ¡merece la pena!
Parques naturales… elige tú
La octava parte del territorio provincial está protegido como parte de más de 800 áreas protegidas, incluidos 7 parques nacionales. Flipante. Ya te vamos diciendo que no te dará tiempo a verlos todos en un curso académico en Canadá, pero eso no impide que te acerques a un par de ellos o tres…
- Yoho: Los parques de las Montañas Rocosas son lo que esperas encontrar en Canadá: majestuosos picos, lagos prístinos, bosques infinitos… El de Yoho es uno de los primeros del país, y su nombre significa “maravilla” en el idioma indígena, queda todo dicho. ¡No te pierdas las cascadas!
- Pacific Rim: Tiene la gran ventaja de estar en la costa oeste de la isla de Vancouver, bastante cerca de las zonas más pobladas de la provincia y, al mismo tiempo, en el fin del mundo. El mejor surf del planeta, floreciente cultura aborigen y sobre todo el mítico West Coast Trail a tu alcance.
- Gwaii Haanas: Aventúrate hacia el norte y encontrarás un archipiélago realmente remoto, la tierra ancestral del pueblo Haida. Entre la exuberancia de la flora y la fauna encontrarás un poblado indígena abandonado y magníficamente preservado (patrimonio de la Unesco y Sitio Histórico).
Un paraíso de aguas termales
British Columbia tiene la suerte de contar con un gran número de fuentes termales naturales, concentradas principalmente en la zona de las Montañas Rocosas (que no es pequeña precisamente). ¿Te imaginas ir dando un paseo por el bosque y de pronto… toparte con una piscina natural de agua caliente?
No es tan fácil (porque casi todas estas fuentes termales vienen siendo explotadas comercialmente desde hace décadas), pero sí que es posible. Sea como sea, lugares como Kootenay, Fairmont, Lussier o Liard River son casi legendarios. Aquí encontrarás una buena lista de spas al aire libre donde relajarte.
¡A los fiordos y la tundra!
Quien más quien menos, cuando se plantea pasar un curso académico en Canadá, fantasea con la idea de superar sus propios límites e ir más allá. Esto se traduce, geográficamente hablando, en llegar un poquito más allá, hasta el extremo. La Columbia Británica te da la ocasión de encontrarte ante paisajes poco frecuentes para nosotros: los fiordos y la tundra.
Y, por suerte, puedes maravillarte ante estos ecosistemas tan distintos entre sí sin recorrer grandes distancias (relativamente, claro) si visitas, por ejemplo, el llamado Kingcome Inlet y luego remontas el río y te adentras en los montes Shaman. Toda una aventura para vivr con los amigos o con la familia…
El pueblo “fantasma” de Barkerville
En plena fiebre del oro en Norteamérica, un pequeño enclave llegó a ser (o así se autoproclamaba) “la mayor ciudad al norte de San Francisco y al Oeste de Chicago”. Casi nada. Lo cierto es que Barkerville, fundado por un excéntrico buscador de oro, vivió una edad de oro (nunca mejor dicho) corta pero intensa: 10000 personas se instalaron allí en menos de diez años.
Abandonada tan rápido como se ocupó, la ciudad permanecería abandonada durante más de setenta años, hasta que comenzó una cuidadosa restauración que la ha hecho famosa en todo el continente por sus 125 edificios de época perfectamente recreados. Es como viajar en el tiempo. La guinda del pastel en tu año escolar en British Columbia.
Un curso académico en Canadá es mucho más que aprender inglés
Bien está estudiar en Columbia Británica y mejorar tu inglés, por supuesto, pero ante todo vienes a vivir una experiencia vital inmersiva que quizás no se repita nunca. Sería una pena que no la aprovecharas al máximo, así que… ¡disfruta!
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