Estudiar en USA: el liderazgo mundial se mantiene en 2021
La educación internacional ha vuelto con más fuerza que nunca tras el parón pandémico, y las perspectivas para los próximos años son muy prometedoras. En este competitivo mercado, Estados Unidos se mantiene como el destino predilecto; proveedor con la mayor cuota, por así decirlo. Estudiar en USA sigue siendo el objetivo para la mayoría de estudiantes que quieren completar su formación en el extranjero.
Esto es una realidad abrumadora en la educación superior o terciaria, tanto universitaria como posuniversitaria, que es la más visible de todo el espectro educativo. Pero la middle school (estudios secundarios) no se queda atrás; el sueño (educativo) americano sigue plenamente vigente en los institutos de todo el planeta.
Los números avalan esta afirmación, desde luego, pero cabe volver a preguntarse la razón de este inagotable tirón. En este texto te contamos por qué estudiar secundaria en Estados Unidos sigue siendo la opción predilecta para los estudiantes de secundaria a escala mundial. Verás que tiene su fundamento.
Con los números en la mano
Cuando tratamos de averiguar y comparar los volúmenes de estudiantes de secundaria que realizan parte de sus estudios en el extranjero nos encontramos siempre con una preocupante escasez de fuentes estadísticas. Sin embargo, podemos afirmar que Estados Unidos está a la cabeza de los países receptores de alumnos de secundaria sin temor a equivocarnos.
Para ello podemos basarnos, por una parte, en los datos sobre educación superior: Estados Unidos recibe una quinta parte del tráfico estudiantil mundial (aquí tienes una completa infografía con datos de 2020). Resulta revelador, entre otras razones, porque un número significativo de estudiantes de secundaria tienen intención de continuar sus estudios en el país de las barras y las estrellas.
Analizando datos domésticos estadounidenses podemos conocer muchos más detalles sobre los aproximadamente 90000 adolescentes que deciden estudiar en USA anualmente. La mayoría proceden de Asia (China, India y Corea del Sur); estos optan mayoritariamente por estancias largas en el marco del visado F1, mientras que la mayoría de los europeos se decantan por estancias de un curso o más cortas (con visado J1).
Una dura competencia
Ojo, esto no quiere decir que América arrase. Esto no es el básket. La competencia es dura, en especial la de otros países anglófonos (y eso ya nos va dando algunas pistas que desarrollaremos más adelante). Austraia, por ejemplo, tiene una proporción de estudiantes respecto a su población extranjeros abrumadoramente mayor. La movilidad intraeuropea es también intensísima.
Además, las tendencias que detectamos a lo largo del tiempo son cambiantes y hacen difícil predecir el futuro. Analizando las estadísticas anteriores vemos que en el último año la “cuota de mercado” estadounidense en educación superior ha bajado ligeramente (un par de puntos), mientras el volumen de estudiantes de secundaria fue en aumento entre 2013 y 2016.
Pero en todo caso, y matices aparte, está claro que sigue siendo la elección por antonomasia, a pesar de la dureza de esa competencia. Y eso que, en términos generales, estudiar en USA no es la opción más asequible ni económicamente hablando ni en términos de requisitos y trámites burocráticos (al contrario). ¿Entonces?
Continuidad, idioma y prestigio, los factores de atracción
Entonces, ¿cuál es el factor diferencial? ¿Qué lleva a tantos jóvenes a querer pasar un año en EE. UU. y no en otro lugar? Las causas debemos buscarlas en tres razones bastante diferentes entre sí, unas sumamente prácticas y otras de una naturaleza mucho más etérea.
En primer lugar está la continuidad. Para aquellos decididos a cursar estudios superiores en Estados Unidos, realizar allí su formación secundaria (en especial los últimos años) trae consigo numerosas ventajas prácticas en cuanto a la obtención de plazas en los colleges y universidades, pero también (y sobre todo) de cara a las necesidades burocráticas y de visado.
En segundo lugar está el idioma. A nadie se le escapa que desenvolverse con fluidez en inglés es un requisito indispensable en nuestro tiempo. Y dónde aprender mejor que en un entorno angloparlante. Tiene lógica. Sin embargo, desde esa perspectiva se podrían elegir (y de hecho se eligen) muchos otros destinos: Reino Unido, Irlanda, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… Lo que nos lleva a la tercera razón.
En tercer lugar tenemos lo que los sociólogos llamarían el capital simbólico estadounidense. El prestigio del país hace que veamos el hecho de estudiar un año o años de secundaria en Estados Unidos como un valor añadido. La calidad de la educación es importante, pero no es la clave: aquí hablamos del prestigio de la gran potencia cultural del siglo XX (y lo que llevamos de XXI).
Todos los caminos llevan a EE. UU.
Así, hay varios factores que hacen de estudiar en USA una versión en miniatura (o en potencia, según se mire) del sueño americano. Y también hay diferentes formas de enfocarlo.
- Por un lado está la cuestión de la duración de la estancia. Para muchas familias el tiempo y la distancia de separación son esenciales. Conviene recordar que Estados Unidos cuenta con variados programas de estancia de semanas, meses o años.
- Por otro está la cuestión que podríamos denominar “inmersión vs. CV”; ¿el objetivo es sumergirse en la cultura norteamericana o hacer currículum? Ambas opciones son compatibles, claro, pero la elección concreta de destino geográfico y de high school dependerán en gran medida de nuestras prioridades.
- Y por último, pero desde luego con su importancia, está la cuestión económica. En ese sentido el esfuerzo puede ser importante porque, lamentablemente, los programas públicos de ayudas para educación preuniversitaria brillan por su ausencia. Por fortuna se puede acudir a otras becas para estudiar secundaria en Estados Unidos en 2022.