Prom dance: mucho más que una fiesta de graduación
La chica con traje de noche y el chico con esmoquin; él le regala un ramillete para la muñeca, ella una flor para el ojal de la solapa. Foto en la puerta de casa de ella y trayecto en el coche de él hasta el lugar de la celebración… Sí, sabes perfectamente de lo que estamos hablando: del prom dance, el gran acontecimiento anual de la secundaria en Estados Unidos.
Todos lo hemos visto miles de veces en películas y series y efectivamente, es tan pintoresco y extravagante como parece. Y, desde luego, sigue siendo una sólida tradición en la que los estudiantes de último o penúltimo año de secundaria echan el resto. Vamos, que si vas a estudiar un año de bachillerato en Estados Unidos (y en el resto de destinos de nuestros programas de estudios), lo vivirás seguro.
Para que no digas que te ha pillado de sorpresa y para que vayas sabiendo a qué atenerte, en esta entrada te contamos un montón de curiosidades sobre el prom dance, sus orígenes, las costumbres y todas esas cosas raras que tienen las tradiciones de cada país para los que las vemos de fuera.
El baile de fin de curso, pero a lo grande
A casi nadie en el ancho mundo le es ajeno lo de celebrar de una u otra manera el fin de los estudios de secundaria, pero en Estados Unidos el llamado prom dance (o prom, de promenade, a secas) tiene todo el carácter de un rito iniciático. Es una especie de “presentación en sociedad” y tradicionalmente ha sido la primera vez en muchas cosas para el estudiante medio norteamericano.
En casi cualquier país anglófono al que vayas a estudiar inglés en secundaria te encontrarás algo parecido. En Canadá, donde tampoco puede faltar, se llama “grad” o “formal”. En Reino Unido vinieron a sustituir las school discos de los años setenta y los summer balls de los noventa. Los “debs” de Irlanda beben más de la tradición romántica del “debutante ball”, pero el resultado es similar.
También es cierto que todo cambia y, en muchos casos, para mejor. Sin haber perdido ese regusto un poco ranciete, hoy en día los proms no son tan “estirados” ni siguen tan al pie de la letra los estereotipos tradicionales de, ya sabes, la parejita normativa con su look normativo y su comportamiento normativo… Aunque, bueno, un poco sí…
Los ingredientes que no pueden faltar
Porque las tradiciones es lo que tienen, que tienden a repetirse a sí mismas. Así, hay un montón de elementos de esos que te sabes de memoria por tu cultura audiovisual y que sí, encontrarás casi seguro en la fiesta de graduación de tu high school en EE. UU. o Canadá:
- Petición dramatizada (lo que llaman “promposal”) a lo will you go to prom with me?
- Vestimenta formal (lo que llaman evening gown y black tie), con su corsage para las chicas y su boutonnière para los chicos.
- Sesión de fotos más o menos organizada en casa, en el parque o en el lugar de la fiesta (un photocall en toda regla).
- Trayecto hasta el lugar de la fiesta conduciendo el coche familiar (o en un party bus, ¡o en una limusina alquilada!).
- Música, a veces en directo pero normalmente no, incluido algún baile lento (“agarrao”, vaya) que no puede faltar.
- Ponche; el grupito de estudiantes malotes que le añaden alcoholes destilados ya ha caducado.
- Comida (que casi seguro que es un picoteo informal pero que puede ser algo más serio, todos sentaditos y con cubiertos).
- Nombramiento de reina/princesa y rey/príncipe del baile (a veces con su corte y todo), entre los más populares del insti. Tal cual.
- Post-prom; también llamada afterglow, es una fiestecilla posterior al prom que suelen organizar los padres y madres del alumnado, dentro o fuera del recinto escolar.
Y lo que ya no es como antes
Pero incluso en algo tan típico y tópico como el prom las cosas van cambiando y aparecen novedades. Por ejemplo, eso de que tenga que ser el chico el que pida a la chica que sea su acompañante está, por fortuna, pasando a la historia; ahora no es raro ir al prom en grupo, con otra persona del mismo sexo, o en solitario.
Tradicionalmente el prom ha sido una celebración exclusiva para los estudiantes de último año (lo que en Canadá y en EE. UU. llaman seniors), y lo sigue siendo en buena parte de los high schools de Norteamérica; pero hoy no es infrecuente que asistan también los juniors de penúltimo año, pero depende de la política de cada centro.
Y la buena noticia para los menos pomposos: aunque en muchos casos parece que se estén organizando minibodas, tampoco el nivel de formalidad es el de antaño por ejemplo en cuanto al baile se refiere. Eso sí, no te extrañe si la semana antes encuentras la high school revolucionada porque se rumorea que va a asistir alguna celebrity (que seguramente no conozcas de nada).
El top 1 de la experiencia de estudiante en Estados Unidos
Sea como sea (y te lo tomes como te lo tomes), estamos ante uno de los episodios que más emocionan a los estudiantes norteamericanos a ambos lados de la frontera, y un elemento supertípico de la cultura estadounidense (y también de la canadiense). Y así hay que verlo, como otra de esas ventanas a otra cultura que nos abre una estancia de estudios en el extranjero.
Más íntimo que el homecoming, menos formalista que la ceremonia de graduación, el prom es y será el momento álgido en la vida de cualquier estudiante de secundaria… Hasta ese momento, lógicamente. Es una de esas cosas que se tienden a dramatizar (incluso demasiado) y son lo más importante del mundo mundial hasta que pasan; y a otra cosa, mariposa. Pero durante ese último año de secundaria en Estados Unidos, la fiesta de graduación será el tema.
¡Vive tu año americano a tope!
Tal vez experimentes en primera persona la cultura norteamericana con profundidad, pero lo que es seguro es que el prom dance solo se vive una vez…