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7 cosas imprescindibles en tu maleta si te vas a estudiar fuera

Estudiar fuera (fuera de casa, se entiende, por ejemplo un año académico de secundaria en Canadá) es todo un desafío en varios sentidos. Entre ellos está, aunque desde lejos pueda parecer poca cosa, hacer el equipaje. Más bien, decidir qué llevarse y qué no.

¿Llevo poca ropa de abrigo? ¿Me estoy pasando de peso? ¿No estará prohibido llevar esto? ¿Podré vivir sin el secador de pelo? ¿Habrá tenedores en el extranjero? Son algunas de las preguntas que podemos plantearnos en el momento, inevitablemente marcado por cierto nerviosismo, de ir haciendo el petate.

Nunca es fácil hacer una maleta para un año, y quien diga lo contrario miente. Eso sí, piensa que no te vas al polo norte ni al desierto del Sahara; encontrarás tiendas si algo te hace falta de verdad. Pero hay algunas cosas difíciles de reemplazar (y no nos referimos al jamón serrano, que también). De esas es de las que vamos a hablarte.

1.     Una copia de la documentación

Es evidente que debes llevar encima tu documentación de identificación personal, en especial en el momento de coger el avión, atravesar aduanas, etc. Pero es buena idea fotocopiar todo eso, desde el pasaporte al plano de Google donde aparece la localización de la casa de tu familia de acogida o tu residencia.

Aunque en esto tiempos digitales lo suyo es tener una copia digitalizada de todo en tu correo electrónico o en la nube, el papel ocupa poco sitio y te puede resolver la papeleta en un momento dado. Si al final no lo sacas de la maleta en todo tu año académico en el extranjero, mejor que mejor.

2.     Ropa versátil

No importa si vas a estudiar un año de secundaria en Estados Unidos o pasar un trimestre en un internado de Irlanda, como te contábamos en nuestra hoja de ruta para estudiar fuera, necesitarás mucho menos de lo que te crees; digan lo que digan tus padres, divide por dos. Y recuerda: fuera de España también hay lavadoras.

Lo que sí es buena idea es llevarte un fondo de armario versátil. Por una parte, elementos que cubran los extremos (un abrigo respetable que no sea de plumas, un forro polar, camisetas y pantalones cortos); por otro, elementos de entretiempo: una chaqueta ligera, pantalones desmontables, cosas que puedas ponerte con frecuencia.

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3.     Higiene y medicamentos

Es un ámbito en el que solemos pasarnos con los “por si acaso”. De acuerdo, necesitas un neceser, pero aparte de una toalla (microfibra), pasta y cepillo de dientes y una pastilla de jabón, poco más necesitas. Sí, viene bien un botiquín, pero con gasa y esparadrapo, antiséptico, analgésico, antibiótico, antipirético y antihistamínico tienes bastante. Una sugerencia.

Si necesitas algún tipo de medicación especial o de manera regular, puedes llevarte algo, pero luego tendrás que hacerte con esa medicación en el punto de destino. Lo mejor en este sentido es que consultes a tu médico, porque existen limitaciones para viajar con medicamentos, tanto en los aeropuertos como en las aduanas.

4.     Calzado

Es un elemento esencial para la comodidad, pero ocupa mucho espacio, así que elige sabiamente. Si eres un sneaker lover, o te aguantas o te preparas para llevar una segunda maleta cuando vayas a estudiar fuera… Un solo par que resulte versátil (cómodo, no muy llamativo) es tu mejor opción.

Pero hay más. Seguramente te vengan bien unas botas resistentes y confortables que aguanten el agua y puedas usar para irte de excursión. Unas chanclas de agua son siempre un buen aliado y pueden hacer las veces de zapatillas de andar por casa. Un buen truco es llevar durante el viaje el calzado más pesado y/o voluminoso…

5.     Adaptador

Es posible que más adelante necesites o te convenga hacerte con algún teléfono o tarjeta SIM, o te interese algún otro gadget tecnológico, pero lo que te hará falta seguro es un adaptador, ese estúpido pero imprescindible cacharro para adaptar el voltaje y el tipo de clavija. Puede que alguien te lo preste en destino, pero por si acaso…

Y depende mucho de dónde vayas. Si en España tenemos 230 V y una clavija tipo F, en Reino Unido e Irlanda gastan el tipo G (tres pines planos, uno de ellos vertical), y en Estados Unidos y Canadá tienen 120 V y clavijas tipo A o B (en general B, dos pines planos y un tercero redondo).

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6.    ¿Comida?

Lo ponemos entre interrogaciones porque, como podrás suponer, en el extranjero también hay comida. Pero es cierto que cuando nos vamos a estudiar fuera hay alimentos que se echan de menos y pueden ser un buen anclaje emocional y una buena carta de presentación.

En los destinos más habituales para estudiar inglés en el extranjero, dejando Australia aparte, hay relativamente pocas restricciones, pero alguna sí que hay. Nuestro viejo amigo el jamón serrano (y cualquier otro embutido), sin ir más lejos; no, al vacío tampoco. No lleves carne. Eso sí, si quieres llevar aceite de oliva, conservas, algo de turrón o queso curado, sin problema (¡pero envásalo bien!).

7.     Regalos y recuerdos

¿Llevártelos desde aquí para allí? Pues sí. Es una cosa que puede parecer superflua, pero no lo es tanto desde una perspectiva emocional. Un detallito para la familia de acogida es la mejor manera de empezar con buen pie, y algo físico que te conecte con tu hogar, como una sencilla fotografía, puede ser de mucha ayuda en algunos momentos.

Eso sí, elige bien. Ese peluche gigante al que tanto cariño le tienes no es buena idea. Un barco en una botella no es buena idea. Una navaja toledana con calaveras no es buena idea. Escoge cosas con un significado, representativas, pequeñas, que no sean frágiles ni perecederas.

Lo que no puede faltar: ¡actitud positiva y muchas ganas!

Haz un simulacro para ver que te cabe todo, da un último repaso… Y con todo esto en la maleta, ya prácticamente estás preparado para irte a estudiar fuera. Ahora solo falta que no la pierdas.