¿Cómo se miden tus competencias lingüísticas en inglés?
En general, para realizar un curso escolar de secundaria o de bachillerato en inglés en un entorno angloparlante, en un momento u otro se te va a exigir una prueba de nivel o, más bien, de competencias. Algunas veces esto condicionará la concesión del programa (como en el caso del programa J1 en Estados Unidos), y con frecuencia si hablamos de centros privados.
Otras veces la “prueba” se produce durante la estancia; y no solo en el centro educativo para determinar si necesitas apoyo extra con el idioma. Una vez allí, cada palabra, cada interacción, cada día es una prueba de competencias, sea con tus profes o tus compañeros, con tu host family o con la persona que te contesta al teléfono cuando vas a pedir una información…
Bueno, tampoco nos pongamos dramáticos. El caso es que hay algo que te va a ayudar mucho a solventar situaciones de lo más diversas, desde un examen a esas cositas del día a día que a veces se nos complican mucho en un idioma extranjero. Se trata de saber qué tienes que saber hacer. O sea, cuáles son tus competencias.
El concepto de competencia lingüística
La competencia de la que estamos hablando no tiene nada que ver con competir, sino con la “pericia, aptitud e idoneidad para hacer algo”, como dice la Real Academia Española. O sea, es tu capacidad en diferentes áreas en este caso en una lengua extranjera. De hecho, cuando se crea una escala para decir “tal persona tiene un B1 de inglés, tal persona tiene un B2 de chino”, dicha escala se basa en competencias.
Las que nos importan aquí y ahora son las competencias comunicativas. Las que sirven para leer (o escribir) un texto y entender (o expresar) las palabras y el sentido; o para mantener una conversación fluida con una pronunciación adecuada y entendiendo la de la otra persona, expresando y comprendiendo las ideas claramente. De eso se trata, ¿no?
En general se suele decir que hay tres tipos de competencias comunicativas: lingüística, sociolingüística y pragmática. Aquí tienes más información en cuanto a qué engloban en cuanto al aprendizaje de un idioma extranjero se refiere. Pero así, para entendernos…
- La competencia lingüística es la capacidad de usar los recursos de la lengua entendida como un sistema: son “las reglas de juego”.
- La competencia sociolingüística es la capacidad de dominar la dimensión social de la lengua; usos y costumbres, valores, creencias, humor, educación…
- La competencia pragmática es la capacidad para usar la lengua de forma práctica y funcional para (co)construir la comunicación.
Cómo medir la competencia: control y alcance
Se manejan principalmente dos criterios: control (lo bien que usas lo que sabes); alcance (hasta dónde puedes llegar con lo que sabes). Es interesante tener presente que de lo que se trata es de medir el progreso o adquisición de un idioma, y que para ello no es tan importante el dominio de dificultades como el surgimiento de dificultades nuevas.
Dicho de otra manera más clara: cuando sabes explicar en inglés lo que has hecho el fin de semana tienes cierto nivel. Cuando sabes explicar por qué disfrutaste y cómo te sentiste, tienes más nivel. Cuando sabes explicarlo tanto en un registro formal como coloquial, tienes más nivel aún. Y cuando sabes explicarlo usando referencias culturales y adaptándote a la réplica de tu interlocutor, ¡ya tienes nivelón!
Eso sí, es lógico que conforme intentas avanzar en tu dominio de un idioma extranjero, vayas encontrando nuevas dificultades; o lo que es lo mismo, cometiendo nuevos errores. O sea, que podemos decir que a mayor alcance, menor control, y viceversa. Pero eso no es malo: ¡cometer errores es la mejor forma de aprender!
Las competencias que nos interesan
A partir de ahí (el concepto de competencia y cómo se mide), los aspectos principales que se valoran son:
- Alcance lingüístico general: la variedad de situaciones, los recursos idiomáticos, las interrupciones y malentendidos.
- Alcance léxico: la variedad, adecuación, riqueza y precisión del vocabulario para expresar hechos, ideas, sentimientos.
- Corrección gramatical: usar las formas gramaticales (conforme a las normas “preestablecidas”) mientras articulas un discurso.
- Control léxico: la familiaridad con las expresiones adecuadas, con asociaciones, combinaciones, bloques léxicos, etc.
- Control fonológico: la pronunciación, la entonación, el ritmo, si tienes acento, si tu interlocutor puede comprenderte…
- Control ortográfico: el uso adecuado de los signos, la estructura, la puntuación, de forma que resulte comprensible para tu interlocutor.
- Adecuación sociolingüística: un uso funcional que permite mantener una conversación (cortesía, humor), saber cambiar de registro, reconocer claves socioculturales.
- Competencias pragmáticas: mensajes bien estructurados con una función precisa y en un esquema de interacción, en términos de flexibilidad, coherencia, turno de palabra…
Unos cuantos consejos para “crecer”
Sabiendo todo esto ya sabes cómo se miden las competencias comunicativas. Ahora queda sacar lo mejor que tienes para que esa medida trabaje a tu favor, es decir, hacer que se vea todo lo que sabes. Estas son algunas buenas ideas cuando alguien intente medir tu nivel de inglés…
- Si hablamos de pruebas en las que no intervienen directamente seres humanos (un examen tipo test, un audio pregrabado) tal vez sea temerario meterte en lo que no dominas. En este sentido, mejor pecar de conservadurismo.
- En pruebas con seres humanos (y en la vida real), al contrario. Precisamente, en una prueba de idioma los examinadores sabrán darse cuenta de que cuando sales de tu “zona de confort” cometes más errores, pero eso es señal de creatividad y aprendizaje.
- Si hablamos de una prueba importante y conoces la estructura de la misma, mejor no improvises. Ejemplo: si sabes que te van a preguntar por escrito o en oral qué has hecho el fin de semana, pues prepárate antes lo que vas a decir o escribir, el tema, la duración, las frases, esas cosas.