Estudiar inglés en el extranjero: el alojamiento en residencia
¿Has oído eso de que “con ganas, ganas”? El objetivo es estudiar inglés en el extranjero, pero para ello es fundamental sentirse cómodo, y el alojamiento juega un papel primordial en ello. El gran dilema entre residencia o familia a la hora de elegir alojamiento no tiene una solución clara, sino que depende de los gustos y prioridades de cada estudiante.
Todos hemos oído valoraciones tremendamente positivas o terriblemente negativas acerca de ese internado en Irlanda o de alguna familia que reciben estudiantes de secundaria en Estados Unidos. Ya se sabe que cada uno cuenta la feria según le va en ella…
En este sentido, tranquilidad: en iEduex trabajamos con instituciones que realizan una cuidadosa selección y supervisión tanto de las residencias como de las familias que participan en nuestros programas. En todo caso, a continuación encontrarás unas cuantas ideas para que puedas elegir con mayor conocimiento de causa.
Definiendo el alojamiento en residencia
En primer lugar habría que tener claro de qué estamos hablando cuando nos referimos a una estancia en residencia. Se entiende que se trata de un espacio residencial para estudiantes en el que el residente comparte con otros ciertos espacios colectivos y recibe ciertos servicios básicos, como la manutención y la limpieza.
Por otra parte, se da por hecho que el alumno tiene acceso a otros servicios de lo más variado, que pueden ir desde las instalaciones deportivas a la lavandería, pasando por salas de estudio, espacios verdes o una fotocopiadora, por mencionar algunos.
Dentro de esa definición amplia hay espacio para un montón de matices. La habitación puede ser privada o compartida por dos o más estudiantes; la manutención puede ser de pensión completa o de media pensión; los residentes pueden tener a su alcance otros servicios, gratuitos o de pago; quizás la propia residencia organice actividades complementarias…
Todos ellos son factores a tener en cuenta a la hora de inclinarse por una residencia al ir a estudiar inglés en el extranjero; pero, elijas la que elijas, todas ellas tienen ciertas ventajas en común (e inconvenientes, claro), que vamos a exponer aquí debajo.
Ventajas: el acento en los estudios
El alojamiento en residencia tiene unas cuantas virtudes que no se pueden pasar por alto, y que se reúnen en torno a una idea: optar por la residencia es optar por una mayor atención a los estudios.
- Con el plato en la mesa y la cama hecha, los estudiantes que se quedan en residencia están más centrados en sus estudios (o, al menos, tienen menos excusas para despistarse).
- En las residencias se reúnen estudiantes de todas partes del mundo. Existe, pues, un ambiente internacional con diferentes culturas y formas de vida que pueden resultar muy inspiradoras para la formación personal de los residentes.
- Al mismo tiempo, es difícil aburrirse en una residencia, porque compañeros no faltan nunca y es fácil encontrar a alguien con tus mismas inquietudes y gustos. En las residencias se hacen amigos para toda la vida.
- La supervisión en una residencia suele ser mayor que en una familia, ya que con frecuencia pertenecen a la misma institución educativa en la que se matricula el alumno; los horarios también suelen estar más controlados.
- En buena parte de las residencias se fijan criterios de selección basados en méritos y calificaciones. Más allá de los resultados inmediatos de estudiar inglés en el extranjero, este networking puede ser muy beneficioso para el futuro de nuestros hijos.
- Biblioteca, gimnasio, clubes… Los residentes suelen tener un acceso más fácil a ciertos servicios y actividades que si se quedan con una familia.
Inconvenientes: el precio y el aislamiento
Como todo tiene su cruz, estos serían algunos de los inconvenientes que tiene el alojamiento en residencia frente al alojamiento en familia; básicamente se resumirían en el precio y en el alejamiento de la sociedad de acogida.
- El precio de las residencias suele ser más alto que el del alojamiento en familia, especialmente si incluye muchos servicios; de todas maneras, esto puede variar en cada caso, así que no dejes de consultarlo.
- Cuando se elige un programa de estudios con alojamiento familiar hacemos todo lo posible por elegir la más adecuada en cada caso, algo imposible en una residencia, donde hay menos personalización; cada residente no deja de ser uno más.
- Viviendo en una residencia el contacto con el “mundo real” disminuye por fuerza; ten presente que los estudiantes alojados en residencia viven una inmersión cultural menos intensa.
Consejos para elegir mejor
Supongamos que ya estás decidido a irte a una residencia, pero que no sabes a qué criterios recurrir para decidirte por una o por otra. Este sería el ABC de los consejos para elegir residencia:
- Más caro no es mejor. Lógicamente, cuanto más completos sean los servicios de una residencia, mayor será su precio; pero, a servicios iguales, un mayor precio no garantiza nada. Fíjate en criterios como la selección basada en la excelencia académica o la oferta de actividades complementarias.
- Programas específicos para estudiantes internacionales. Las circunstancias de los estudiantes que se van a otro país son particulares. Ya que venimos a estudiar inglés en el extranjero, sería interesante garantizar que volvemos con algo aprendido, y para ello algunas instituciones ofrecen programas y formaciones específicos.
- Una imagen vale más que mil palabras. Si es interesante conocer el testimonio de algún alumno que se haya alojado en la residencia que te interesa, intenta siempre verla por ti mismo; ya, está muy lejos, pero la sociedad 2.0 nos lo pone muy fácil…
Póntelo fácil para estudiar inglés en el extranjero
Sabemos bien que la experiencia de cursar un periodo de tus estudios en un idioma que no es el nuestro y lejos de la familia y los amigos tiene un lado de desafío bastante considerable. Por ello es importante crear un buen ambiente que nos ayude a vivir una experiencia positiva. ¿Te visualizas ya en la residencia, con tu habitación, tus compañeros…?