Las ventajas de estudiar un trimestre en Irlanda en secundaria

Estudiar en el extranjero es, sin duda, una oportunidad única para cualquier estudiante. Mejoras un idioma, conoces otra cultura, desarrollas habilidades personales… El tiempo fuera del entorno habitual trae consigo un sinfín de beneficios, pero ¿cuánto tiempo? La duración de la estancia es una decisión enjundiosa. Un trimestre en Irlanda, ¿qué tal opción es?

Para nosotros, que conocemos y gestionamos estancias que van desde las dos semanas al curso escolar completo en diferentes países anglófonos, no hay estancias, destinos o periodos mejores y peores; hay una estancia perfecta para cada estudiante y sus circunstancias. En todo caso, para muchos y muchas un trimestre puede ser una opción perfecta, ¡y más en la maravillosa Irlanda!

Así que esta entrada de nuestro blog va dedicada a reunir y explicar las cuatro ventajas clave de optar por un trimestre de secundaria en Irlanda. Ya te anticipamos parte de las conclusiones: es una opción “ligera” en tiempos y distancias, pero que permite vivir la experiencia de estudiar fuera en toda su intensidad.

Un periodo (relativamente) corto, pero suficiente

Una de las principales ventajas de optar por una estancia de un trimestre es precisamente la duración. Como decíamos, cada persona tiene sus ritmos de maduración (y qué demonios, sus preferencias). Este periodo intermedio es ideal para estudiantes que quizás no se sientan preparados para pasar un año entero fuera de casa, pero que, al mismo tiempo, buscan algo más que unas vacaciones de idiomas.

Tres meses pueden parecer breves, pero en términos de inmersión lingüística y cultural es tiempo más que suficiente para experimentar una evolución notable en el manejo del inglés, pero también para poner a prueba y desarrollar la capacidad de adaptación a nuevas situaciones y la comprensión de otras formas de vida.

En tres meses, el estudiante pasa por las diferentes etapas de adaptación, desde el choque cultural inicial hasta una mayor integración en el entorno, lo que le permite un aprendizaje profundo y significativo. Tiene tiempo para hacer amistades y conexiones que pueden durar toda la vida. Participa plenamente en la vida escolar cotidiana, forma parte de una familia anfitriona y se sumerge en la cultura local.

La proximidad geográfica, un plus de tranquilidad

Otra gran ventaja de Irlanda como destino para estudiar es su proximidad tanto en términos geográficos como en términos digamos territoriales; como sabemos, es un país miembro de la Unión Europea, y eso facilita mucho las cosas en cuanto a trámites se refiere (desde los pasos previos de obtención de plaza y permisos de viaje y estancia, hasta los posibles trámites posteriores).

_{Localidad de Cobh, en County Cork. Photo by Rennett Stowe at flickr}

Mucho más importante, la relativa cercanía física entre Irlanda y España también facilita las visitas familiares. Son dos horas de avión. En comparación con otros destinos más lejanos, Irlanda ofrece la posibilidad de que los padres o familiares puedan visitar al estudiante con mayor facilidad o incluso que el propio estudiante pueda regresar a casa un fin de semana sin un coste elevado.

No es que la familia vaya a ir de visita cada dos semanas, pero resulta muy tranquilizador para los estudiantes (y también para los padres, no nos engañemos). Esta cercanía no solo proporciona tranquilidad a los padres, sino que también ayuda al estudiante a sentirse menos aislado, sabiendo que el hogar está a solo unas pocas horas de distancia en caso de necesidad.

Cultura y sistema educativo: distintos, pero no ajenos

Aunque Irlanda y España pertenecen a contextos culturales distintos, hay una serie de conexiones que hacen que el proceso de adaptación sea más llevadero para los estudiantes españoles. Por ejemplo, en ambos países son importantes la vida social y las actividades de ocio (deporte, música, etc.); esto ayuda a que los estudiantes se sientan cómodos enseguida y se integren con facilidad.

Esto puede resultar especialmente ventajoso para estudiantes que se enfrentan a su primera experiencia fuera de casa y que podrían tener dificultades en países con diferencias culturales más marcadas. Además, Irlanda es conocida por ser un país acogedor y hospitalario, donde las familias anfitrionas suelen tener experiencia en recibir estudiantes extranjeros, lo que hace que el proceso de adaptación sea más fluido.

Esto es importante porque permite al estudiante “centrarse” en la experiencia educativa y lingüística sin sentirse abrumado por un entorno completamente distinto. Esto es especialmente interesante en Irlanda, donde existe un sistema educativo de excelencia del que tenemos mucho que aprender; y los estudiantes lo harán sin apenas darse cuenta.

Un primer paso hacia las estancias de estudios más largas

Estudiar un trimestre en Irlanda no solo es una experiencia valiosa por sí misma, sino que también puede servir como un trampolín para futuras estancias más prolongadas. Muchos estudiantes que disfrutan una experiencia de este tipo avivan su interés por otras oportunidades internacionales, como cursar un año académico completo en el extranjero o considerar opciones de estudios universitarios internacionales.

La experiencia de pasar tres meses en Irlanda brinda a los estudiantes una idea clara de lo que implica vivir y estudiar en otro país, pero de una manera que no resulta abrumadora. Un trimestre es, como solemos decir, un “salto con paracaídas”; una forma perfecta de probar esa independencia en un entorno seguro y estructurado.

Si la experiencia de la estancia trimestral en Irlanda resulta positiva (y lo será, aunque solo sea por el valor que le dan muchas instituciones educativas y programas de intercambio), el estudiante tendrá la confianza necesaria para explorar otras posibilidades y embarcarse en aventuras educativas más largas en el futuro. Con lo que ello implica a largo plazo en cuanto a mejorar sus oportunidades académicas y profesionales.

Para resolver las dudas: iEduex

Si no lo tenéis claro o si queréis conocer más detalles sobre una estancia trimestral en Irlanda, no lo dudéis: ¡enviadnos vuestras dudas!