Consejos para estudiar en el extranjero: el bienestar mental
De vez en cuando intentamos proporcionar a los alumnos que quieren vivir la experiencia iEduex de estudiar fuera (y a sus familias) algunos valiosos consejos para estudiar en el extranjero a través de nuestro blog. En esta ocasión queremos centrarnos en un tema sensible y muy actual: el bienestar mental.
No importa si hablamos de una estancia de estudios en un país anglófono (o en cualquier otro destino del extranjero), o de cualquier otra experiencia vital de expatriado: vivir una larga temporada en un lugar nuevo, alejado de tu gente y tus rutinas, es siempre un desafío. Máxime si tienes que asumir compromisos (en este caso las clases); y más aún si todo esto ocurre en otro idioma.
Ese desafío suele afrontarse y superarse con éxito, o causar inconvenientes menores o temporales. Pero también es cierto que puede tener efectos indeseables en el bienestar mental de cualquiera. Existen mecanismos muy sencillos para detectarlos y corregirlos a tiempo.
Las preocupaciones están ahí
La preocupación por la salud mental está en auge, y no solamente entre la población joven, ni mucho menos. Es un problema al alza en los países desarrollados que, por supuesto, ha venido a agravarse tras la llegada de la pandemia de covid-19 y con algunas de las medidas de emergencia tomadas para frenarla (principalmente la distancia social y el confinamiento).
Desde luego, la realidad es compleja y no puede reducirse de forma simplista y alarmista. Normalmente se trata de problemas subyacentes que se han visto acentuados en esa situación. Y algo parecido ha ocurrido al combinar pandemia y estudios en el extranjero: la situación es estresante (qué menos), pero no trágica; ya hay estudios serios que lo demuestran.
Resumiendo: en un curso escolar en el extranjero es normal sentir añoranza, cierta ansiedad, a veces tristeza o irritabilidad. Afloran las inseguridades y nos vemos obligados a sacar lo mejor de nosotros mismos. Y si le sumamos un contexto de pandemia mundial, la cosa se complica. Pero no es ni mucho menos insuperable, verás…
Peace of mind
Nos encanta esta expresión en inglés para referir ese estado de bienestar entre lo intelectual y lo emocional… Resume perfectamente la idea, el objetivo hacia el que debemos apuntar en cualquier curso de secundaria en el extranjero: buscar la paz mental.
Y hay otra expresión, esta muy británica, que se ha convertido en cantera de memes y que también viene pintiparada para la ocasión: keep calm and… Se originó con los bombardeos alemanes sobre Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial (eso sí que eran momentos de tensión). Así que ya sabes, como punto de partida, ante todo mucha calma. Es seguramente el mejor consejo para estudiar en el extranjero sobre bienestar mental.
Podríamos seguir tirando de frases hechas y refranes, que la sabiduría popular es… eso, muy sabia. Pero mejor nos dejamos ya de tópicos lingüísticos y generalidades, y vamos con varios consejos más concretos, prácticos y funcionales para estudiar en el extranjero manteniendo el bienestar mental y emocional.
El secreto, en las pequeñas cosas
Según los expertos no hay grandes recetas ni mecanismo infalibles. Lo que sí hay son pequeñas rutinas y conductas mentalmente saludables que resultan fáciles de fijar y cumplir. Estos pequeños gestos cotidianos pueden ayudar mucho, hasta el punto de paliar en buena medida los efectos mentales negativos de estar fuera de nuestra zona de confort y en situaciones de estrés sostenido.
- Horarios: Sí, es bueno mantener unos horarios más o menos ajustados, y no solo en clase, también fuera (las comidas, el día de hacer la compra, los momentos de ocio…). ¡Al menos, no caigas en el descontrol total!
- Ejercicio: Nada como un poco de ejercicio físico para segregar endorfinas y ver las cosas de otra manera (mucho mejor, se entiende). Aparte de tonificar tu cuerpo dormirás mucho mejor, algo esencial.
- Actividades con personas: Es muy interesante crear comunidad, un círculo de amistades con los que compartir actividades. Hay muchas opciones, pero te recomendaríamos tres criterios: personas pertenecientes a la cultura local, actividades cara a cara (virtual vale, pero no es lo mismo) y si puede ser, en exteriores.
- Refugio de la calma: Puede ser de mucha ayuda construir un refugio de la calma. Ya sabes, un rincón que te sirva para estar tranquilo y contigo mismo. Puede ser cualquier cosa: una cafetería del barrio, un banco del parque, un sillón de la biblioteca…
Dar la vuelta a la tortilla
Pero, paradójicamente, también se está comprobando que una experiencia de este tipo puede ser de mucha ayuda para desarrollar en positivo algunas conductas, actitudes y parámetros cognitivos. La resiliencia o la autonomía son casos de libro. Por insospechado que nos pudiera parecer a priori a todos, una temporada estudiando fuera puede ser el mejor apoyo psicosocial en tiempos de pandemia.
Desde luego, esto puede ser así o no en función de numerosos factores externos y objetivos ajenos a nuestro control. A veces el mundo se confabula para hacernos la puñeta y no hay nada que hacer. Pero no minusvaloremos el peso del pensamiento subjetivo positivo, sobre todo “hacia dentro”. No conviene ser indulgente con uno mismo, pero sí amable; si nos cuidamos y nos queremos, todo tenderá a ir mejor.
En ese sentido, y sin querer caer en un voluntarismo inocente, podemos darle la vuelta a la tortilla y utilizar esta experiencia como un ejercicio de crecimiento emocional y fortalecimiento mental. Con una actitud tranquila y positiva, con pequeños gestos cotidianos y con ciertas dosis de valentía.
¿Quién dijo miedo?
Si te han gustado estos consejos para estudiar en el extranjero desde la perspectiva del bienestar mental, no dejes de echar un ojo a nuestro blog en busca de valiosas informaciones sobre nuestros destinos de estudios, detalles prácticos y divertidas curiosidades. ¡Nos vemos!