Estudiar inglés en el extranjero: el alojamiento en familia
Toda una tradición cuando volvemos a casa tras estudiar inglés en el extranjero es la de contar (o escuchar) las jugosas anécdotas sobre la familia de acogida que nos tocó en suerte. Desde las el shock cultural inicial a las extrañas manías del abuelo de adopción, pasando por la forja de amistades para toda la vida con los hijos de la casa.
Si la host family se ha convertido prácticamente en toda una institución en los países de habla inglesa y casi en un rito iniciático de todo estudiante de inglés en el extranjero será por algo; en este texto encontrarás toda la información elemental que necesitas para comprender mejor este formato de alojamiento que tanto puede aportar a quienes se deciden por él.
El alojamiento en residencia es la gran alternativa; así que es interesante, para poder valorar adecuadamente la opción del alojamiento en familia, que consultes también esta otra entrada de nuestro blog sobre el alojamiento en residencia; para que puedas comparar adecuadamente ambas posibilidades y tomar la decisión que más te convenga en tu caso particular.
Definiendo el alojamiento en familia
El modelo de alojamiento en familia no podría ser más sencillo de explicar y de entender: el estudiante internacional vive con una familia local con frecuencia voluntaria durante su estancia de estudios en el extranjero. Así, una host family o familia de acogida (incluso “familia anfitriona” verás por ahí) es la familia que recibe a un estudiante extranjero.
Entre los servicios que brinda la familia estarían, por descontado, el alojamiento y la manutención, pero van mucho más allá. Idealmente, aquel que viene a estudiar inglés en el extranjero termina por convertirse en un miembro más de la familia, en el sentido de compartir la vida cotidiana y otras actividades de la familia de acogida.
En muchos casos el alojamiento en familia encaja en un modelo de intercambio de estudiantes, de economía colaborativa o de turismo de inmersión, pero no en este caso. En nuestras estancias el servicio de homestay, que es como también se llama, está incluido dentro del programa de estudios que hayamos elegido. Es decir, que normalmente nosotros podemos elegir la familia de acogida dentro de las que nos ofrece la escuela en la que vamos a estudiar.
Ventajas: inmersión al mejor precio
El alojamiento en familia tiene varias ventajas fundamentales que hacen de él una apuesta segura para la formación de nuestros hijos. Recordemos algunas de ellas:
- Cuando vivimos con una familia pasamos a compartir con ellos mucho más que un techo; asumimos una forma de vida: horarios, gastronomía, costumbres, celebraciones… Es decir, vivimos una valiosísima experiencia de inmersión cultural real.
- Si lo que buscamos es mejorar nuestro inglés, la mejor forma de conseguirlo es conviviendo con nativos; y si esto se consigue en alguna parte es en el seno familiar antes que entre otros estudiantes extranjeros.
- En el ámbito del relacionamiento personal tampoco ocurre lo mismo que quedándonos en residencia. La familia ofrece una cercanía, un contacto humano y un apoyo emocional que no se encuentra en los alojamientos colectivos.
- De la misma manera, el estudiante se integra en una comunidad y tiene la que suele ser su primera experiencia individual de adaptación a un nuevo medio.
- Las familias que participan en nuestros programas de estudios son cuidadosamente valoradas y elegidas por las propias instituciones de acogida, primeras interesadas en que el servicio de homestay brille por su calidad.
- El precio de los programas para estudiar inglés en el extranjero es considerablemente más asequible cuando nos centramos en las estancias en familia de acogida.
Inconvenientes: la familia es la familia
Todos sabemos que cada familia es un mundo (el castellano es rico en refranes en este ámbito); y, como nada es perfecto, el modelo homestay también tiene sus inconvenientes:
- Si bien el criterio de selección es riguroso y las seleccionadas se caracterizan por su apertura y talante acogedor, sencillamente a veces no hay química, y eso puede terminar mediatizando la experiencia de estudiar inglés en el extranjero.
- En una familia el estudiante no estará tan “a su aire” como podría estarlo en una residencia; no es la opción para los muy independientes.
- Lo que para algunos puede ser una ventaja para otros puede ser un inconveniente: está claro que en familia la interacción con otros estudiantes internacionales es menor.
Consejos para elegir mejor
Vale, ya lo tenemos claro: apostamos por la familia. Muy bien, pero ¿cómo elegir bien una familia de acogida para tu alojamiento en familia sea lo más satisfactorio posible? ¿Algún consejo? Pues sí:
- Sé flexible. Ten en cuenta que el estudiante va a convivir con una familia (con seres humanos cada cual con su propia forma de ser), no a quedarse en un hotel. No es un cliente, sino más bien un invitado, así que no siempre tiene la razón…
- Busca la afinidad. Como procuramos encontrar una familia a la medida del estudiante (incluso con la opción de auto-emplazamiento si tiene conocidos en el punto de destino), es muy interesante compartir los gustos, intereses y preferencias con ellos.
- Cuenta hasta diez antes de… lo que sea. Tal y como ocurre con la familia de verdad, la convivencia a veces pone las cosas tensas y surgen malentendidos o incomprensiones. En caso de desencuentro conviene esperar unos días antes de tomar decisiones irrevocables.
Una experiencia vital complementaria a estudiar inglés en el extranjero
Ah, se nos olvidaba: aunque lo normal es que las familias de acogida se desvivan para hacer única e inolvidable la estancia de nuestros estudiantes, esta experiencia tiene un efecto colateral inesperado pero no por ello menos agradable: ayuda a descubrir que los padres (los de verdad) no son tan malos, después de todo…