Desde el otro lado: se buscan estudiantes internacionales
Tú quieres ir, y ellos quieren que vayas. Y cuando decimos “ellos” nos estamos refiriendo a un gran número de centros escolares del mundo anglófono (cuando decimos “tú” queremos decir tú, eso seguro que ya lo habías pillado). Para muchos es sorprendente descubrir que buscan atraer estudiantes internacionales activamente. Y más sorprendente todavía es la razón.
Esta noticia nos sirve para plantear la cuestión: el Dartmouth College amplía a los estudiantes internacionales su política de need-blind admission (o sea, sin tener en cuenta su nivel de ingresos). Se une así a otras prestigiosas instituciones norteamericanas como Harvard o el MIT, haciendo un total de seis en ese Estados Unidos.
De acuerdo, la benjamina de la Ivy League es una universidad, no una high school, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que centros de prestigio internacional están abriendo sus puertas a estudiantes de todo el mundo aunque no puedan pagar sus fuertes tuitions. ¿Por qué? De eso hablamos en este artículo.
Una win-win situation
Cuando estamos de este lado de la realidad, es decir, cuando somos estudiantes de secundaria o de bachillerato que queremos irnos a estudiar al extranjero una temporada, muchas veces nos da la sensación de que estamos pidiendo algo que se nos concede a regañadientes. Casi que nos están haciendo un favor. ¡Y ni mucho menos!
Puede tener que ver con los requisitos principalmente burocráticos (aunque también académicos en ocasiones) que acarrea cualquier solicitud de este tipo. Pero no te engañes, que existan requisitos no se debe a que las instituciones de acogida no deseen recibir estudiantes internacionales; es que quieren recibir a los mejores.
Pero vaya si quieren recibirlos… Podemos decir, sin temor a exagerar, que lo están deseando, tanto universidades como (cada vez más) centros de educación secundaria. Y cuando eso ocurre, que tú quieres ir y ellos quieren que vayas, estamos ante eso que les gusta llamar una win-win situation en la que todos salen ganando.
Lo que ganamos nosotros
Es fácil saber lo que impulsa a los alumnos españoles y sus familias a optar a estudiar secundaria en Inglaterra o en otro destino donde se habla inglés. Está el aprendizaje del idioma, está la ventaja competitiva, está la experiencia vital única. En definitiva, sobran las razones y las ventajas de estudiar fuera.
En realidad, el enriquecimiento no ocurre solo a título individual, sino que toda nuestra sociedad sale ganando con una generación más preparada, más abierta y más capacitada para vivir en un contexto más global que nunca. Una generación que sepa moverse por todo el planeta, nuestro barrio incluido, con paso seguro y confiado.
Hay que señalar la cruz. Cualquiera se plantea estudiar bachillerato Estados Unidos con beca; sin ella, una minoría. Es decir, que hay que hacer un esfuerzo económico que, por mucho que merezca la pena, no deja de ser eso, un esfuerzo. Por eso, decisiones como las del Darmouth College son una gran oportunidad para nosotros.
Míralo desde el otro lado
¿Y ellos, qué ganan? En principio podríamos suponer que es por una cuestión económica. Es cierto que tradicionalmente los estudiantes internacionales ha sido una saneada fuente de ingresos para muchas instituciones educativas. Pero eso está cambiando. Ya te vamos diciendo que si crees que es (solo) por la pasta, estás muy equivocado.
Ponte en el lugar de la persona que toma las decisiones en la institución educativa de acogida. La competencia es dura. Cada vez hay más estudiantes internacionales, pero el número de high schools y universidades que los reciben crece más rápido todavía. Y el “mercado” no se limita a un solo país; aquí compite toda la Anglosfera…
Por lo tanto, el hecho de facilitar el acceso (económicamente hablando) a los estudiantes de otros países es una forma de competir. Pero si la institución deja de ganar (económicamente hablando, otra vez), ¿por qué habría de tomar una decisión así? Porque en realidad sigue ganando; aunque de otra forma.
Cuando el dinero no lo es todo
Para explicar qué gana un centro educativo atrayendo estudiantes que quieren ampliar su formación viviendo la experiencia de estudiar fuera, hay que ponerse un poco estupendos: hay que pensar en otras modalidades de capital. Porque ya sabemos que existen otras formas de valor que no tienen forma de billete…
¿Cuánto vale el prestigio ético que otorga tomar una medida de este tipo? ¿Cuánto vale el reconocimiento social de los estudiantes a los que se facilita la experiencia? ¿Cuánto vale la diversidad cultural que traen con ellos? ¿Y el talento académico? ¿Cuánto valen los lazos institucionales que se forjan a largo plazo?
Esos otros capitales son los que animan a universidades como Dartmouth a seguir este camino. Y está claro que desde una perspectiva amplia y a medio plazo, es una estrategia de éxito. Ojalá que cunda el ejemplo en muchos centros de enseñanza secundaria (también en este lado de la línea, por cierto) porque, como vemos, todos tenemos mucho que ganar con ello.
Las oportunidades están para aprovecharlas
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