Aprender inglés en secundaria en España sigue siendo difícil, dicen los expertos
A finales de enero de 2020 se celebró en la Universidad de Cambridge un ciclo de conferencias sobre la educación internacional. Es un tema que siempre nos interesa, por supuesto, sobre todo cuando se tocan temas como el de aprender inglés en secundaria. Este fue precisamente el caso en la ponencia de Kristina Cunningham.
Titulada Research into practice: evidence-based decision-making in international education, la conferencia de esta senior expert en educación de la Comisión Europea ha llamado la atención de todo el sector educativo español. El resumen no es halagüeño para el ámbito español: aún queda mucho por hacer para ofrecer a los estudiantes españoles una formación de calidad en inglés.
Esa es la razón por la que la conferencia nos ha parecido la mejor excusa para hablar de este tema tan fundamental. En este artículo analizamos los puntos esenciales de esta conferencia, y hacemos algunas reflexiones acerca de la situación española y la alternativa de estudiar inglés en el extranjero.
Los datos: España, a la cola de Europa
No es ninguna sorpresa que España está entre los países europeos en los que aprender inglés en secundaria ofrece peores resultados. Según el informe EF EPI 2020 (la mejor referencia hasta que el informe PISA incluya esta competencia en su análisis en 2025), España ocupa el puesto 26 de 34 países europeos analizados, con 537 puntos (un puntaje calificado como medio).
En cuanto a los mejor posicionados, destacan los países multilingües o aquellos con gran penetración de una lengua extranjera (principalmente el inglés): los países nórdicos y el Benelux son los campeones, como cabe esperar, pero hay otros menos esperados, como Malta o Portugal, que demuestran que se pueden obtener grandes resultados de otra manera.
De todas maneras, Cunningham fue crítica con numerosos aspectos de los programas educativos de diversos países europeos. Aunque el 85% de los estudiantes de secundaria europeos aprenden una segunda lengua, sólo el 42% alcanza un nivel de usuario independiente (B2). El 85% declara que le gustaría haber aprendido más en la secundaria o el bachillerato.
El nivel del profesorado, nuestro talón de Aquiles
Hay tres factores que se constatan como primordiales a la hora de aprender otros idiomas (dejando el bilingüismo aparte). El primero de ellos es la exposición al idioma. Cunningham señaló el ejemplo sueco, donde se achaca el buen nivel de inglés entre los jóvenes al uso generalizado de medios audiovisuales (incluidos los videojuegos).
Pero no es que en España no existan esas opciones (o que nuestros hijos no jueguen a videojuegos); pero, y este es el segundo factor, los hablantes nativos de idiomas “poco” potentes lo tienen más fácil, en el sentido de verse obligados a usar idiomas mayoritarios. No es el caso de España, con un idioma sumamente potente; en este sentido poco puede hacerse.
Lo que nos lleva al tercer factor: la calidad de la enseñanza del inglés en el ámbito educativo. No se trata de cargar contra el personal docente, pero aprender inglés en secundaria se vuelve complicado en un sistema en el que se exige a los profesores (en las instituciones calificadas como “bilingües”) un nivel MCER B2: el que se aspira que tengan los alumnos al terminar la secundaria…
Aprender inglés en secundaria, la asignatura pendiente
Cunningham señaló en la conferencia que ha dado pie a este artículo que, en su opinión, el nivel mínimo del personal docente no debería ser en ningún caso inferior al C1 (y asumiendo que cuanto más cercano al bilingüismo, mejor). Además, señaló programas y plataformas europeas que pueden ayudar mucho a mejorar la formación del profesorado (como Erasmus+ o eTwinning).
Pero la dura realidad es que la formación del profesorado lleva su tiempo, e implica otros factores también fundamentales (como la motivación, los enfoques pedagógicos, los medios técnicos) que dependen solo parcialmente del control de los individuos y que, desde luego, no se consiguen a corto plazo. De forma que los estudiantes actuales no disfrutarán estas potenciales mejoras.
Para ellos, una formación mediocre en inglés tiene evidentes consecuencias en todos los ámbitos, habida cuenta el marco de escala global en el que tendrán que desarrollar sus vidas personales, académicas y profesionales. De ahí que los alumnos y sus padres se planteen opciones para mejorar por su cuenta y riesgo (y, de paso, marcar la diferencia).
¿Cuáles son los mejores métodos para aprender idiomas extranjeros?
Entre las principales maneras de adquirir unas competencias fluidas en un idioma extranjero podríamos señalar las técnicas de estudio específicas y algunos métodos online. Pero lo que todas tienen en común es incidir en aumentar la exposición al inglés; a un inglés de calidad (es importante resaltarlo), es decir, de nivel nativo y en contexto real.
Por esa razón, en busca de la inmersión lingüística y cultural, es lógico que cada día más familias se decidan por una estancia de estudios en el extranjero: pasar un trimestre escolar en Inglaterra, estudiar un curso en Irlanda, cursar un año en EE.UU. o hacer un año académico en Canadá, en función de sus gustos o posibilidades.
Como especialistas en el proceso de realizar un programa de estudios en el extranjero, podemos señalar que los factores principales para que una estancia sea plenamente satisfactoria pasan por garantizar la seguridad de los alumnos y la validez de esos estudios (en términos de homologación y validación), pero también poner a su alcance una experiencia inmersiva de calidad que incluya, aparte de los estudios, otros aspectos prácticos (viajes, alojamiento) y facetas de la vida cotidiana.
No estudies inglés, ¡vívelo!
Si aprender inglés en secundaria se hace cuesta arriba, ten en cuenta que existen soluciones alternativas. Y que son más productivas y satisfactorias no solamente a nivel académico, sino también a nivel personal. No dejes de informarte al respecto.